La glándula prostática es un órgano que se encuentra en la base de la vejiga en los hombres. Es posible que sea necesario destruir o extirpar quirúrgicamente los tejidos en dicha glándula si ésta se encuentra inflamada.
Un agrandamiento de la próstata puede causar problemas para orinar e infecciones urinarias. Estos síntomas a menudo se pueden aliviar con la extirpación parcial o total de la glándula prostática, lo cual se puede llevar a cabo de muchas maneras, dependiendo del tamaño de la próstata y de la causa de su agrandamiento.
Los tres procedimientos más comunes para la extirpación quirúrgica de la glándula prostática cuando no hay cáncer son:
Resección transuretral de la próstata (TURP, por sus siglas en inglés)
Prostatectomía con láser
Prostatectomía abierta
TURP:
La resección transuretral de la próstata es el procedimiento quirúrgico más común para la hiperplasia prostática benigna (HPB). La TURP se realiza utilizando anestesia raquídea o general. Primero, se inserta un tipo especial de cistoscopio (instrumento similar a un tubo) en el pene a través de la uretra hasta la glándula prostática.
Después de la cirugía, se coloca un cáteter de Foley dentro del cuerpo para ayudar a eliminar la orina, que aparece inicialmente muy sanguinolenta, pero se aclara con el tiempo.
PROSTATECTOMÍA CON LÁSER:
La prostatectomía con láser utiliza haces de luz para destruir el tejido prostático. Este procedimiento generalmente se lleva a cabo de manera ambulatoria y generalmente no requiere hospitalización.
ABLACIÓN TRANSURETRAL CON AGUJA (TUNA)
La ablación transuretral con aguja es un tratamiento mínimamente invasivo para un agrandamiento de la próstata y se lleva a cabo mientras la persona se encuentra bajo el efecto de sedación o anestesia local.
INDICACIONES:
La extirpación de la próstata se puede recomendar en los siguientes casos:
Incapacidad para vaciar completamente la vejiga (retención urinaria)
Sangrado recurrente de la próstata
Cálculos vesicales con agrandamiento de la próstata
Micción extremadamente lenta
Cáncer de próstata en etapa A o B
Aumento de la presión sobre los uréteres y riñones (hidronefrosis) por la retención urinaria
La cirugía de la próstata no es recomendable para hombres que presenten:
Trastornos de la coagulación sanguínea
Enfermedad de la vejiga (vejiga neurógena)
RIESGOS:
Los riesgos que implica cualquier procedimiento con anestesia son:
Reacciones a los medicamentos
Problemas respiratorios
Los riesgos que implica cualquier cirugía son:
Sangrado
Infección
Los riesgos adicionales son, entre otros:
Problemas con el control urinario (incontinencia)
Dificultad para lograr y mantener una erección (impotencia)
Pérdida de fertilidad espermática (infertilidad)
Paso del semen hacia la vejiga y no hacia fuera a través de la uretra (eyaculación retrógrada)
Estenosis uretral (estrechamiento de la salida urinaria)
Un agrandamiento de la próstata puede causar problemas para orinar e infecciones urinarias. Estos síntomas a menudo se pueden aliviar con la extirpación parcial o total de la glándula prostática, lo cual se puede llevar a cabo de muchas maneras, dependiendo del tamaño de la próstata y de la causa de su agrandamiento.
Los tres procedimientos más comunes para la extirpación quirúrgica de la glándula prostática cuando no hay cáncer son:
Resección transuretral de la próstata (TURP, por sus siglas en inglés)
Prostatectomía con láser
Prostatectomía abierta
TURP:
La resección transuretral de la próstata es el procedimiento quirúrgico más común para la hiperplasia prostática benigna (HPB). La TURP se realiza utilizando anestesia raquídea o general. Primero, se inserta un tipo especial de cistoscopio (instrumento similar a un tubo) en el pene a través de la uretra hasta la glándula prostática.
Después de la cirugía, se coloca un cáteter de Foley dentro del cuerpo para ayudar a eliminar la orina, que aparece inicialmente muy sanguinolenta, pero se aclara con el tiempo.
PROSTATECTOMÍA CON LÁSER:
La prostatectomía con láser utiliza haces de luz para destruir el tejido prostático. Este procedimiento generalmente se lleva a cabo de manera ambulatoria y generalmente no requiere hospitalización.
ABLACIÓN TRANSURETRAL CON AGUJA (TUNA)
La ablación transuretral con aguja es un tratamiento mínimamente invasivo para un agrandamiento de la próstata y se lleva a cabo mientras la persona se encuentra bajo el efecto de sedación o anestesia local.
INDICACIONES:
La extirpación de la próstata se puede recomendar en los siguientes casos:
Incapacidad para vaciar completamente la vejiga (retención urinaria)
Sangrado recurrente de la próstata
Cálculos vesicales con agrandamiento de la próstata
Micción extremadamente lenta
Cáncer de próstata en etapa A o B
Aumento de la presión sobre los uréteres y riñones (hidronefrosis) por la retención urinaria
La cirugía de la próstata no es recomendable para hombres que presenten:
Trastornos de la coagulación sanguínea
Enfermedad de la vejiga (vejiga neurógena)
RIESGOS:
Los riesgos que implica cualquier procedimiento con anestesia son:
Reacciones a los medicamentos
Problemas respiratorios
Los riesgos que implica cualquier cirugía son:
Sangrado
Infección
Los riesgos adicionales son, entre otros:
Problemas con el control urinario (incontinencia)
Dificultad para lograr y mantener una erección (impotencia)
Pérdida de fertilidad espermática (infertilidad)
Paso del semen hacia la vejiga y no hacia fuera a través de la uretra (eyaculación retrógrada)
Estenosis uretral (estrechamiento de la salida urinaria)
BIBLIOGRAFIA
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/encyclopedia.html 06
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